sábado, 26 de diciembre de 2015

Reminiscencias


Reminiscencias
(Para ser leído en el IIº Capítulo General Ordinario luego del 15 de setiembre de 1994)
Primera  parte
Propósito
i) Es mi intención escribir los hechos que considero más importantes de nuestra Congregación, para leerlos en el 2º Capítulo General Ordinario, desde mi punto de vista de fundador y primer Superior General.  No sólo los hechos, sino mi particular visión de los mismos. De manera documentada, con anexos. No intento hacer una historia, para ello habría que consultar más fuentes y para este trabajo sólo dispuse de dos fuentes: Los Archivos del Instituto Del Verbo Encarnado y el de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará. También presentar, análo­gamente, lo de las Servidoras.  Y hacerlo con toda claridad, crudeza y caridad, sin ocultar nada que yo considere importante para la recta inteligencia de todo lo sucedido. Que luego el Capítulo General decida si se puede publicar o si hay que tenerlo en reserva. No sólo no juzgo intenciones, sino que a priori las salvo.
La gracia fundacional
ii) El domingo 3 de mayo de 1981, mientras estaba confesando en la vieja capilla de la Parroquia “Nuestra Señora del Rosario” de Villa Progreso (Pcia. de Bs.As.), creo que antes de Misa de 11 horas, ante el gran número de peni­tentes a quien sólo yo podía atender por unos pocos minutos, me vino un pensamiento, que rechacé inmediata­mente como distractivo, sobre la necesidad de contar en las parroquias con comunidades sacerdotales.
Luego de almorzar y dormir la siesta en casa de mis padres regresé a la Parroquia y estando en la casa parroquial, sería entre las 17 y 18 horas aproximadamente, me vino un pensamiento de que debía fundar una congregación religiosa con tal certeza que nunca dudé ni pude dudar de que Dios era el que quería eso. Igualmente hice discernimiento y examen para analizar si había alguna causa previa que podría ser origen de ese pensamiento y no la encontré. Estaba muy contento en la Parroquia, con mucho trabajo en la misma, en los Colegios, Primario y Secundario, en el Liceo General San Martín, como Asesor diocesano de los Profesionales de Acción Católica, etc. Luego le hablé por teléfono al Padre Carlos Lojoya diciéndole lo que me había pasado.
iii) Al día siguiente, el Padre Lojoya, a quien conocía desde los 6 años, éramos amigos desde los 9 años y me enseño a ayudar la Misa como monaguillo, por teléfono me preguntó si yo sabía que día había sido el anterior: “Sí, le dije, domingo 3 de mayo”. “¿Pero, qué fiesta?”. “No recuerdo”, respondí. “¡La fiesta del Señor de la Quebrada!”, contestó. La feliz coincidencia nos alegró aún más, porque éramos muy devotos del Santo Cristo y habíamos predicado allí muchos Ejercicios Espirituales con muchos frutos de vocaciones sacerdotales y religiosas, y también, habíamos predicado varias Novenas Patronales, una de ellas con el recordado Padre Bonifacio de Ataún, capuchino, gran predicador y gran confesor, de Nuestra Señora de Pompeya de la Capital.
Reunión en Vicente Casares
iv) Comencé a hablar con los demás sacerdotes amigos y a todos, con mayor o menor convencimiento, les parecía que era una buena idea. En los ratos libres escribía lo que me parecía que había que hacer; ahora ese escrito, “Principios Generales”, figura en nuestras Constituciones del nº 1 al 19, con leves modificaciones.
v) Organizamos con ellos una reunión, que se realizó, si no me equivoco, el lunes 13 de julio de 1981, en la casa de fin de semana de los padres del Padre Lojoya en Vicente Casares (Pcia. de Bs.As.). Participaron de la misma los Padres: Gastón Dedyn, Alberto y Álvaro Ezcurra, Carlos Lojoya, Carlos Nadal, Luis Rodrigo, Alfredo y Ramiro Sáenz, y yo. Concelebramos la Santa Misa. Discutimos, punto por punto, los “Principios Generales”, que fueron aprobados y hablamos de los posibles cauces de acción a seguir. Teníamos que encontrar un Obispo que avalara el proyecto y lo más lógico pareció que había que comen zar por mi propio Obispo, Mons. Menéndez, quien contestó que no se sentía con fuerzas como para comenzar una obra así, que nos felicitaba y bendecía, y que buscásemos un buen Obispo. Con el tiempo, al enterar se que era Mons. Kruk, se alegró mucho.
Hacia San Rafael (Pcia. de Mendoza)
vi) Ante la negativa de Mons. Menéndez, nos dirigimos a Mons. León Kruk, Obispo de San Rafael, que había sido compañero de curso del finado Padre Pablo Di Benedetto, firman te de la valiente carta de los “Sacerdotes Argentinos” y quien había recibido varios jóvenes con vocación sacerdotal que los envió al Seminario de Paraná.
Por carta y personalmente en Buenos Aires nos manifestó su agrado en recibirnos en su Diócesis para que hiciésemos la experiencia de vida religiosa. Por ejemplo le escribí el 13 de julio de 1983[1].
vii) A partir del 28 de agosto de 1983 nos comenzamos a reunir en Buenos Aires con los  que ya habían manifestado su deseo de unirse a nosotros. Antes de esa primera reunión hicimos una visita a la tumba del Padre Julio Meinvielle en el atrio de la Iglesia “Nuestra Señora de la Salud”.
viii) El 7 de octubre de 1983 Mons. Kruk le comunicó al Padre Nadal, en San Rafael, que nos daba permiso para hacer la experiencia de vida religiosa en esta Diócesis y aceptaba nuestro ofrecimiento de trabajar pastoralmente en el lugar que él nos indicara, encomendándonos el Seminario diocesano que pensaba fundar, contando con nosotros. Es decir, que a la idea nuestra de formar a los jóvenes que venían con nosotros para vivir en comunidad religiosa, se sumó su pedido de que  nos encargáramos de  la formación de sus seminaristas.
ix) Con un grupo de futuros seminaristas religiosos fuimos a San Rafael el 5 de febrero y nos quedamos hasta el 11 de febrero de 1984 conociendo, entre otras cosas, la que sería nuestra nueva casa en la calle Tirasso. Pude constatar que ya le estaban haciendo problemas a Mons. Kruk por querer formar desde cerca a sus sacerdotes. Me dijo que Mons. Cándido Rubio lo, Arzobispo de Mendoza, viajó en auto para decirle que no comenzase con el Seminario. No se iba a comenzar los primeros días de marzo, sino más adelante. Decía Mons. Kruk en carta diri­gida al Papa: “Con un grupo de buenos sacerdotes que querían formar un Instituto de Vida Religiosa para dedicarse especialmente a la ‘Evangelización de la cultura’; a la predicación de las ‘misiones populares’; a la predicación de los ‘Ejercicios Espirituales’, y al ‘ministerio parroquial’… vi la posibilidad de empezar mi propio Seminario en 1984. Ante la sola noticia, mucho antes de comen zar, tuve oposiciones y ataques, tanto internos de algunos sacerdotes, como externos por la campaña de estos sacerdotes entre algunos obispos amigos de ellos”[2].
Voto a la Virgen
x) El 7 de marzo de 1984 cumplíamos el voto que habíamos hecho a la Virgen de Luján en agradecimiento por la posibilidad de poder comenzar con nuestra experiencia de vida religiosa. El artista Amado Armas hizo un hermoso medallón con el perfil de San Luis María Grignion de Montfort, en cemento blanco con tono beige, sobre un mármol negro de lunel, que se encuentra en la primer capilla del deambulatorio derecho al costado del camarín de la Virgen en la Basílica de Luján, con el adagio al pie: “Totus tuus”.
25 de marzo de 1984
xi) Por fin, después de varias postergaciones, comenzamos, providencialmente, con la experiencia de vida religiosa y con el Seminario diocesano[3], el domingo 25 de marzo de 1984 con una Misa concelebrada, presidida y predicada por Mons. Kruk. Hubo un almuerzo, me pi dieron unas palabras y mas o menos dije que el Seminario se debía a la gran fe de Mons. Kruk, que él había heredado de los mártires polacos (y ucranianos), que no se había arredado a pesar de todos los obstáculos; y que de parte nuestra pretendíamos formar sacerdotes santos recordando lo que el Padre Julio Meinvielle había dicho en el sermón de mi primera Misa: “El sacerdote debe formar santos; y si no forma santos, como la higuera estéril del Evangelio, sólo sirve para el fuego”.
El día anterior le había impuesto la sotana a los que ya habían llegado.
xii) El comienzo de nuestra experiencia coincidió con la fiesta  de la Anunciación del Señor, en la cual, ese año, todos los Obispos del mundo en unión con el Papa, consagraban el mundo entero al Inmaculado Corazón de María; asimismo, ese día promulgó el Papa la exhortación apostólica Redemptionis donum a los religiosos y religiosas. Como San Pedro Julián Eymard, podemos decir que nuestra congregación se fundó: “…el día en que el Hijo de Dios se encarnó y la Santísima Virgen se convirtió en Madre de Dios”[4].
Por la tarde en la fiesta patronal de la Parroquia San José, participamos de la procesión, de la Santa Misa, y del Acto de Consagración a la Virgen, ante el asombro de los feligreses que nunca habían visto tantos seminaristas juntos.
Un hecho providencial
xiii) El 8 de abril siguiente aceptaba el Papa la renuncia del Cardenal argentino Eduardo Pironio al cargo de Prefecto de la Congregación para religiosos, nombrándolo Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos. Como es obvio, hubiese sido más fácilmente influenciable por el Episcopado argentino, y tal vez, para nuestra Congregación en formación, hubiese sido un problema más.
Visita “ad limina Apostolorum”
xiv) Hacia fines de mayo viajó a Roma para la visita ad limina Mons Kruk. En carta del 24 de ese mes nos decía que había estado en la audiencia general con el Papa en el día anterior quien le dijo: “Me acuerdo muy bien, me acuerdo muy bien de Ud.”[5]. El 1º de julio nos decía: “Un gran saludo del Papa para Uds. Estuve ya con él, se interesó mucho por el Seminario y me dijo que lo ‘ideal es que cada diócesis tenga su propio Seminario, con buenos formadores…’ Está preocupado sobretodo por los Religiosos en América Latina…Lo importante es que me alentó a seguir con el Seminario. Creo que es lo mejor que puedo trasmitirles y es el mejor regalo….”[6].
Juan Pablo II y Mons. León Kruk: Otro hecho providencial
xv) Creo que fue absolutamente providencial para nosotros tener como Papa a Juan Pablo II y como Obispo a Mons. León Kruk, porque los dos eran de padres polacos y madres ucranianas, de tal modo, que Mons. Kruk siempre se sintió muy comprendido por el Papa, quien en todas las entrevistas que tuvieron lo alentó mucho. Entre ellos hablaban en polaco. Si otro hubiese sido el origen del Papa u otro hubiese sido el Obispo, probablemente hubiésemos tenido más dificultades. Por eso, y por haber sido muy asiduos a las enseñanzas de Juan Pablo II, consideramos que nuestra Congregación debe tenerlo por Padre.
Los primeros que van a Roma
xvi) El 14 de agosto de 1984, a la tarde, faltando apenas 11 días para la ordenación  sacerdotal anunciada para el 25 de agosto, les comunican a 4 diáconos incardinados en la Diócesis de San Luis, que no los iban a ordenar de sacerdotes. Algunos de ellos ya me habían pedido ingresar en la Congregación en el mes de julio. El 21 de diciembre de 1984 son ordena dos, aquí en San Rafael por Mons. Kruk, a pesar de las presiones de algunos miembros del clero lo cal, en concreto el 27 de noviembre anterior el Padre Urquizu le había dicho que no ordenase: “porque no hay infraestructura”. En los primeros días de Enero el Señor se lo llevó de esta tierra al Padre Urquizu, que así dejó libre la infraestructura de su Parroquia San Pedro, donde, por otra parte, él no vivía y que , más tarde, llegó a alojar 3 sacerdotes. El día 22 de diciembre, después de mucho cavilar, Mons. Kruk les da permiso para ir a Roma a los Padres diocesanos Ramiro Sáenz y Juan Petrino, y a dos nuestros Arturo Ruiz y Miguel Ángel Fuentes (este último nos obtendría el primer doctorado).
xvii) La ida a Roma fue uno de los factores más importantes para poder seguir adelante:
1º Hizo que nos conociesen en Roma, de modo tal, que allá no se tragaron el cuentito de que éramos “lefebvris­tas”, especie que sostenían  varios Obispos argentinos;
2º Permitió capacitar a varios para poder desempeñarse después como profe so res (de ellos ya hay práctica mente 3 que son Docto res); y,
3º El tener 4 sacerdotes que estaban sacando el título habilitante en Roma, ahuyentó la posibilidad que se impidiese seguir adelante con el Seminario con la excusa de no cumplir con el canon 253.
Fundación de la Villa de Luján
xviii) Dado que no podíamos vivir la vida religiosa con la plenitud que queríamos, con la aprobación del Sr. Obispo fundamos en la calle El Chañaral la “Villa de Luján”. La primera Misa la celebramos el 22 de febrero de 1985, fiesta de la Cátedra de San Pedro.
Primer Hermano
xix) El 18 de abril de 1985 entró a nuestra comunidad el primer Hermano: Jorge Pedernera, alias,” El Payo”.
Primera Parroquia
xx) El 17 de mayo de 1985 nos hicimos cargo de la Parroquia de Suncho Corral, de la Diócesis de Aña tu ya.
Dificultades
xxi) El 22 de julio de 1985 Mons. Canale escribe a Mons. Witte: “Acabo de leer el informe de la Colecta “Más por Menos” 1984 y he quedado consternado al leer que se le dieron nada menos que $a 2.000.000.- al Seminario de San Rafael que está funcionando al margen del Episcopado … este episodio dará que hablar…”.
xxii) A lo que respondía Mons. Gottau  el 2 de agosto: “Realmente es para mí una novedad saber que en el Episcopado, del cual formo parte, se haya afirmado que el Seminario de San Rafael está funcionando AL MARGEN DEL EPISCOPADO … No sé si en algún cónclave secreto, del cual no se haya querido hacer partícipes a los Obispos, se haya cuestionado dicho funcionar; pero pienso que cada Obispo en su Diócesis, tiene el derecho de fundar su propio Seminario, y cuestionarlo es cuestionar al Obispo propio, lo cual creo que la Conferencia Episcopal no tiene facultades para hacer…”[7]
Seminaristas de Paraná
xxiii) El 6 de agosto de ese año solicitábamos a Mons. Karlic informes sobre ex-seminaristas del Seminario de Paraná que deseaban ingresar en la Congregación, de manera especial, “si alguno de los mismos ha incurrido en faltas graves”[8]. Con fecha 14 de agosto se nos decía que no tenían “conocimiento del Instituto religioso en formación…por ello no corresponde responder a su pedido”[9]. Aun que apenas unos meses antes, Mons. Karlic, le había autorizado al Padre Alberto Ezcurra a hacer la experiencia de vida religiosa en nuestro Instituto. Esta aceptación de los seminaristas salidos de Paraná, porque les sacaron todos los Superiores en los que ellos confiaban, fue motivo de muchos sufrimientos para nuestra Congregación, pero si fuera necesario haríamos ahora lo mismo: ¡Había vocaciones que se podían perder!. Mons. Kruk no los podía recibir como diocesanos porque las normas de la Conferencia Episcopal Argentina mandaban: “Ningún seminarista que abandone un Seminario…podrá ser admitido en otro, sino después de un año de espera”[10]. Prohibición que no urge a quienes entienden tener vocación religiosa. De hecho hay 12 de ellos -sólo contando el grupo de los primeros que desde hace años son dignos sacerdotes del Señor.
Carta del Presidente de la C.E.A. a Mons. Kruk
xxiv) El 29 de agosto le escribía el Cardenal Raúl Primatesta a Mons. Kruk, en nombre de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina, por decisión unánime, por una situación pastoral “que afecta a toda la comunidad de la patria…que lesionan directamente a otras diócesis y también a toda la Iglesia del País”[11]. ¿Cuál era el problema? “Los obispos han manifestado en forma insistente y viva su preocupación y alarma por los hechos que se están produciendo en esa Diócesis de San Rafael por la admisión de sacerdotes y seminaristas de otras diócesis al margen de las normas canónicas vigentes…”. La verdad es bien distinta: todos los sacerdotes que aceptó Mons. Kruk tenían permiso de sus respectivos Obispos, menos uno, el P. Nadal a quien el Cardenal Aramburu le dio permiso y teniendo la mudanza preparada, se lo retiró. Que yo sepa no fue aceptado ningún seminarista de otro seminario sin pedir los informes correspondientes. Para el primer grupo de los que venían del Seminario de Paraná lo pedí yo mismo, y me los negaron.
xxv) Para los demás que luego vinieron del Seminario de Paraná, Mons. Kruk no los pidió a Paraná  por varias razones:
1º porque se habían negado a dar los primeros informes, basándose en la false dad de decir que no nos conocían cuando habían autorizado a hacer la experiencia de vida religiosa en San Rafael a un sacerdote incardinado en la Arquidiócesis de Paraná, que fue vicerrector del Seminario de esa Arquidiócesis;
2º porque, al haber descabezado al Seminario de Paraná,  no quedaban sacerdotes que conociesen a los seminaristas;
3º porque pidió los informes, entre otros, a los Padres Ezcurra, Biestro, etc. que habían sido superiores de los mismos en Paraná.
xxvi) “Se reitera además –agregaba el Card. Primatesta– la afirmación sobre la existencia de una “asociación” o “congregación religiosa” que congregaría a estos sacerdotes o seminaristas en parecidas condiciones…”. Lo cual es, también, totalmente falso. Todo lo que hicimos era de conocimiento de nuestro Obispo. Aún ahora, luego de 10 años, no tenemos facultad para incardinar, ¡menos lo podríamos tener en aquel entonces!.
Nos decían “lefebvristas”…
xxvii) Es de señalar todo lo que sufrió Mons. Kruk de parte de sus hermanos. Decía en carta al Papa: “…nos atacan y nos consideran “preconciliares”, “lefebvristas”, “tradicionalistas”, “integristas”, etc. y sobre todo que “creamos división”, lo cual es una verdadera calumnia”[12] y, posteriormente, en la última carta que le escribiera al Papa -que consideramos como su testamento espiritual- decía: “Hacen 18 años que vine a esta Diócesis. Desde el primer momento he tenido la oposición de sacerdotes diocesanos y algunos religiosos, porque me consideraron y me consideran ‘pre-conciliar’, ‘integrista’, ‘lefebvrista’… Al principio veladamente, pero desde los 10 últimos años ya abiertamente y en público. En estos momentos hay un pequeño grupo de laicos y algunos Religiosos (Hnos. Maristas, Franciscanos…) y algunas Religiosas que son adictas a esos sacerdotes. Esto dio como resultado que no pocos hermanos Obispos hayan caído en la “trampa” por la campaña de este grupito y se me considera como un elemento que está dividiendo la Iglesia en mi Patria, particularmente por el Seminario y el Instituto Religioso Del VERBO ENCARNADO iniciado con mi aprobación, en esta Diócesis”[13].
xxviii) Con posterioridad, pude dar cuenta de lo que se había escrito sobre nosotros, en tal sentido:
– En la revista Criterio Mons. Carmelo J. Giaquinta, entonces Obispo auxiliar de Viedma, decía: “Consecuentemente el Concilio trajo rémoras y prisas desmedidas. Para rémoras basta el ejemplo de Mons. Lefebvre, que demasiado eco ha encontrado en la Argentina, y actitudes afines, como demuestran recientes acontecimientos que afectaron al Seminario de Paraná y el éxodo de seminaristas hacia San Rafael…”[14].
– En otro número de Criterio se dice de los lefebvristas en Argentina que “…actúan completamente al margen de la Iglesia, que los ignora. Ni siquiera se sabe que tengan contacto directo con otros grupos tradicionalistas, tales como los sacerdotes del Verbo Encarnado (“congregación” formada por los seminaristas -hoy ordenados- que en su momento fueran expulsados del Seminario de Paraná y acogidos en el de San Rafael, al que siguen enviando candidatos de todo el país en número importante)”[15].
xxix) – El periódico The Southern Cross decía, a propósito de unas declaraciones del entonces Obispo de San Rafael, Mons. León Kruk, que esa diócesis “…se destaca por su conservadurismo y su clima de resistencia a las reformas del Vaticano II…” y que dichas declaraciones “son la negación del espíritu de diálogo a la cual nos invita la Iglesia, y un desconocimiento de todo lo que el Vaticano II ha dicho sobre la misión de la Iglesia en el Mundo”[16].
– En la revista CIAS de agosto de 1988, el director de la misma dice, con respecto a la Iglesia en la Argentina, que “hay muchos signos que nos hacen temblar como representando una actitud más parecida a la de Lefebvre que a la de SS. Juan Pablo II. En primer lugar el hecho de que la Fraternidad (San Pío X) nacida de ese espíritu contradictorio al Concilio tenga su seminario aquí y con fuertes influencias, primero en el Seminario de Paraná y ahora en el de San Rafael…”[17].
– Incluso en publicaciones extranjeras se nos ha llamado “lefebvristas”. Por ejemplo Marcello Zago escribe en L’Osservatore Romano (ed. italiana), a propósito de la situación en nuestro país que “no sólo son activos los lefebvristas formales, sino que también hay seminarios del mismo tipo, como el de San Rafael”[18].
xxx) – En la revista española Ecclesia el periodista Emeterio Gallego repetidas veces se ha interesado por nosotros. Así, por ejemplo, dice que el Seminario de Paraná era “famoso por su tradicionalismo y antivaticanismo… (allí) no querían oír hablar del Vaticano II… (Posterior mente) se marcharon de la diócesis. Encontraron un obispo benévolo receptor en la de San Rafael, provincia de Mendoza… Ahora, con el cisma lefebvriano, San Rafael ha proclamado su adhesión a Roma y no su lefebvrianismo, pero el Vaticano II sigue plenamente desconocido en él”[19].
– En otra oportunidad afirmó que “en la diócesis de San Rafael… son más lefebvrianos que la gente de Lefebvre”[20].
– Más recientemente, luego de repetir lo mismo que ya citamos sobre el traslado de los seminaristas, supuestamente lefebvristas, desde Paraná a San Rafael, afirma que por esto “el seminario de San Rafael se convirtió en un foco de atracción para todo el ambiente nazi y tradicionalista argentino[21]… Para evitar la intervención romana desapareció el Seminario Diocesano y se fundó una especie de Instituto Secular de derecho diocesano…”[22].
“Si estas son algunas muestras de lo escrito, ¿qué será lo hablado de lo que, también, nos sobran testimonios?”[23].
Otro hecho providencial
xxxi) En vistas de esto, es un hecho altamente providencial que en el Código de Derecho Canónico promulgado en el año 1983 se estableciese que la Sede Apostólica era la que debía dar el nihil obstat para que los Obispos diocesanos pudiesen erigir en sus propias diócesis institutos de vida consagrada[24], a lo que comentan los profesores de la Universidad de Navarra: ” Nadie mejor que la  Sede Apostólica para advertir estos riesgos (que se funden institutos sin necesidad, sin gran utilidad, sin posibilidades de desarrollo, inútiles o carentes de vitalidad necesaria[25]); de ahí que no haya prosperado el criterio de los primeros esquemas de revisión, según el cual la consulta  debería hacerse a las Conferencias Episcopales, sin cuyo consentimiento el Obispo no podría actuar[26]. De haberse legislado según los primeros esquemas, tal vez, no estaríamos haciendo este IIº Capítulo General Ordinario.
Voto de esclavitud mariana
xxxii) El 15 de setiembre hicimos nuestro voto de esclavitud mariana ante la Virgen del Milagro en Salta.
Informe a todos los Obispos argentinos
xxxiii) El 26 de setiembre enviamos carta, junto con el borrador de nuestras Constituciones, por especial pedido de Mons. Kruk, a todos los Obispos del país.[27] Acusó recibo el Nuncio[28]; agradeció Mons. de Nevares[29]; agradeció  e hizo algunas apreciaciones críticas el Vicario General de La Rioja[30]; felicitó, alentó y motivó, aún más, nuestra obra Mons. Scozzina[31]. De los demás ni una línea.
Presentación en Roma
xxxiv) El 16 de noviembre los Padres Miguel Ángel Fuentes y Arturo Ruiz hacían una presentación de nuestro Instituto, por escrito, ante el Card. Hamer, Prefecto de la Congregación para los religiosos[32].
El Visitador Apostólico
xxxv) Hay que recordar el episodio del Visitador Apostólico al Seminario diocesano en 1986, quien invitado por tres veces a visitar nuestra casa religiosa se excusó diciendo que sólo estaba habilitado para visitar Seminarios diocesanos, y luego en el Informe y en cartas se refería a la Congregación, por ejemplo, “el verdadero problema del Seminario estaba en la Congregación del Verbo Encarnado y en sus fundadores y por su mentalidad y finalidad “nacional”[33]…mi impresión es que Mons. Kruk ha sido “víctima” de los fundadores de la Congregación del Verbo Encarnado. No tenía seminario y ahora tiene uno en pleno esplendor y se lo debe a dichos fundadores. Cómo renunciar ahora a este fruto y cerrar, cuando cuenta con seminaristas entusiastas, piadosos, fieles a Juan Pablo II. Mi modesta opinión es que se debe atacar el problema en su raíz, que es la Congregación en formación…”[34].
Carta del Cardenal Baum
xxxvi) Ya en carta del 24 de enero de 1987 el Cardenal William Baum, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, le decía a Mons. León Kruk: “…desaconsejamos fervientemente a V. Excelencia dar respaldo a la pretendida congregación Religiosa encabezada por él”[35] (refiriéndose a mí). El Visitador Apostólico no había visitado ninguna casa de la Congregación, ni hablado conmigo directa mente sobre la Congregación y sin embargo con fervor se oponen a algo que no cae en la esfera de su competencia. Se ve que ya tenían todo decidido antes de la visita.
xxxvii) Con carta del 12 de mayo de 1987 respondía Mons. Kruk al Card. Baum[36]. Afirmaba Mons. Kruk: “Agradezco las sugerencias que me hace esa Sacra Congregatio en relación a la “Congregación del Verbo Encarnado en formación”[37], en cuanto se refieren directamente al Seminario.
En relación a dicha Congregación en sí misma me dirigiré a la Sacra Congregatio competente, quien está informada de su existencia y lineamiento generales”[38].
Resoluciones de la Comisión permanente de la C.E.A.
xxxviii) Del año 1987 son las siguientes Resoluciones, de la Comisión permanente de la C.E.A.:
“4ta Sesión
“6.- Aporte para el Seminario de San Rafael
Se resuelve no innovar en la determinación de la Comisión Administrativa de la C.E .A. respecto del aporte estatal para el Seminario de San Rafael, hasta tanto no haya respuesta de la Congregación para la Educación Católica y de la Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares[39].
“7. Alojamiento de 2 sacerdotes en la Iglesia Argentina en Roma[40]
Se resuelve responder al Padre Abregú, rector de la Iglesia Argentina en Roma, desaconsejan do que acepte el alojamiento  de 2 sacerdotes en dependencias de la mencionada Iglesia, mientras no se resuelva entre los Mercedarios y la C.E.A. el “Status” definitivo de la Iglesia Argentina en Roma, abierta a conversaciones.
“8. Pedido a los delegados al próximo Sínodo para que hablen sobre el tema San Rafael en Roma con las Congregaciones citadas en 6º Resolución.
Si no hay una respuesta de la Santa Sede en tiempo prudencial, se comunicará a los Delegados al próximo Sínodo de Obispos para que, destacados por la Comisión Permanente, hablen en Roma con las Congregaciones para la Educación Católica, y de Religiosos e Institutos Seculares, acerca de los problemas suscitados por el Seminario de San Rafael”[41].
xxxix) En los diarios “Los Andes” del 9 de junio de 1987 y “La Nación” del 16 de junio[42],  y en el Boletín “Comunidad” del Obispado de San Rafael del 31 de mayo[43], aparecieron declaraciones de Mons. Kruk desmintiendo las versiones de los que sostenían que Roma había pedido el cierre del Seminario de San Rafael.
Primeras…
xl) El 9 de diciembre comenzábamos nuestra 1ra. Misión popular fuera de la Diócesis, en Suncho Corral, Lojlo y Matará.
El 8 de febrero de 1986 moría en El Nihuil el seminarista Marcelo Javier Morsella. Nuestro primer muerto. Su muerte fue muy fecunda para nuestro Instituto. A partir de la misma comenzamos a crecer de manera vertiginosa, según nos parecía.
El 31 de mayo  se hicieron por primera vez las promesas de castidad, pobreza y obediencia.
El 4 de octubre se celebraba por primera vez la Santa Misa en la futura Parroquia San Maximiliano Kolbe.
La primera expedición misionera al Perú fue en febrero de 1987, fundando en la Parroquia de Limatambo, Diócesis de Cuzco.
El 27 de diciembre se funda oficialmente el Seminario menor. Había comenzado en el año 1986 en la casa San Pablo de la finca; en marzo de 1987 se traslada a la Parroquia San Maximiliano Kolbe; luego se traslada a su lugar definitivo, que es el actual.
El 22 de febrero de 1988 se funda el Noviciado masculino con una Misa celebrada por Mons. Kruk en El Nihuil. El Sr. Baudry nos prestó una casa en La Nora, hasta que pudimos adquirir la actual casa en Rama Caída.
Las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará
xli) El 19 de marzo de 1988 se funda la rama femenina de nuestro Instituto. Ya habíamos hecho varios intentos para conseguir consenso para fundarlas, pero habían sido vanos. Finalmente, en una reunión de Consejo General en la casa de la calle Sardini, se decidió la fundación si se daban tres condiciones: 1º Que un sacerdote de los nuestros, de cierta experiencia, fuese responsable de las mismas; 2º Que apareciese alguna vocación que pudiese ser Superiora; y, 3º que nos donasen casa donde pudiesen vivir las candidatas.
Iº Capítulo General Ordinario
xlii) El 23 de setiembre de 1988 tiene lugar el 1º Capítulo General Ordinario, las actas están firmadas por los Padres Ricardo Coll, Carlos Morales y Ramiro Sáenz. Sobre 33 electores salen elegidos como Superior General el Padre Carlos Buela (32 votos), y como Consejeros los Padres Alberto Ezcurra (28 votos), Ramiro Sáenz (26 votos), Carlos Nadal (25 votos), Carlos Lojoya (13 votos), Reinaldo Anzulovich (9 votos) y Carlos Biestro (6 votos)[44].
La rama contemplativa masculina
xliii) El 25 de diciembre de 1988 se funda la rama contemplativa en el Monasterio “Del Verbo Encarnado” de Los Coroneles.
Carta enviada por el Card. Aramburu
xliv) Por carta del 31 de marzo de 1989 del Canciller de la Arquidiócesis de Buenos Aires al P. Nadal, Prot. nº 217/87, escrita en nombre y por indicación del Emmo. Sr. Cardenal Aramburu, nos enteramos de sus gestiones ante el Prefecto de la Sagrada Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, Emmo. Sr. Card. Hamer, el 13 de marzo de ese mismo año, el cual le habría manifestado “que la denominada ‘Congregación del Verbo Encarnado’ no está ni reconocida ni será aprobada por ese Dicasterio sin la previa anuencia de la Conferencia Episcopal Argentina”[45].
E.E.U.U.
xlv) El 1º de julio de 1989 entrábamos en Nueva York, Diócesis de Brooklyn. Hicimos un voto a la Inmaculada en agradecimiento por esta fundación. La imagen la regaló el P. Carlos Lojoya y se encuentra en la entrada del Noviciado masculino.
Casa en Roma
xlvi) El 24 de julio de 1989 la Superiora General de las Hnas. Ancelle de la Sma. Trinitá en la casa de Casalotti, en Roma, acepta que nuestros Padres sean huéspedes en su casa. Nos dijo que el jueves anterior en el Capítulo General habían decidido volver a un aspecto del carisma fundacional que era la atención de los sacerdotes y que el viernes siguiente les había hablado Mons. Bona, Obispo de Porto-Santa Rufina, Diócesis Suburbicaria de Roma, pre sentándole nuestras necesidades de tener casa en Roma para nuestros sacerdotes estudiantes.
Iº Capítulo General Extraordinario
xlvii) Debido a que, por falta de experiencia, en el 1º Capítulo General Ordinario se había votado a uno que toda vía estaba en su Diócesis -Padre Lojoya- y a otros que estaban en el exterior, el 22 de setiembre de 1989 se realizó el 1º Capítulo General Extraordinario para elegir nuevos miembros del Consejo General. Se eligieron a los Padres Oscar Peña, Elvio Fontana y Arturo Ruiz[46].


[1] Anexo 1.
[2] Anexo 2.
[3] En el boletín “Comunidad” del 25 de marzo de 1984, nº 498, pág. 2 se decía: “…se inaugura el funciona miento del edificio del Seminario…No hablamos aún de inauguración como tal. Es un simple empezar…no abrigamos otras intenciones -aunque por ahí se atribuyen algunas, pero sin pruebas…”. Anexo 3.
[4] Oeuvres completes, XII, 112; cit. por Juan Pablo II, Carta del Papa con motivo del 350º aniversario de la fundación de la Congregación de Jesús y María, L’OR del 2-4-1993, pág.5.
[5] Anexo 4.
[6] Anexo 5.
[7] Ambas cartas en Anexo 6.
[8] Anexo 7.
[9] Anexo 8.
[10] Cfr. CEA, Normas para la formación sacerdotal en los Seminarios de la República Argentina, nº 84.
[11] Prot. nº 667/85. Anexo 9.
[12] Ver Anexo 2.
[13] Anexo 10.
[14] Revista Criterio, nº 1957-58, diciembre de 1985, p. 696.
[15] Nº 2010, 12 de julio de 1988, p. 353 (las afirmaciones peyorativas de Criterio son de una falsedad crapulosa).
[16] Nº 5635, Jueves 10 de julio de 1986, p. 4.
[17] CIAS, agosto de 1988, p. 322. El paréntesis es nuestro.
[18] “Non solo lefebvriani formali sono attivi, ma ci sono seminari dello stesso tipo, come quello di San Rafael” (L’Osservatore Romano, ed. italiana, nº 80, Viernes 6 de abril de 1990, p. 4.).
[19] Revista Ecclesia, nº 2.390, Setiembre de 1988, p. 17 (1377). Los paréntesis son nuestros.(Vale la pena recordar que el Arzobispo de Paraná era Mons. Adolfo Tortolo, quien fuera por tres veces presidente de la Conferencia Episcopal Argentina elegido por sus pares).
[20] Revista Ecclesia, nº 2530, 1 de junio de 1991, p. 19 (835).
[21] Aquí hay que recordar los infundios del Sr. Raúl Alfonsín (cf. diarios del 3/11/89: La Nación, p. 6; Los Andes, p. 2; y La Nación del 13/11/89, p. 8).
[22] Revista Ecclesia, nº 2561-62, 4-11 de enero de 1992, p. 23 (23).
[23] Revista DIÁLOGO, nº 6, del 15 de setiembre de 1993 y en los números sucesivos. Por fina ironía de la Providencia somos los únicos, entre todos los Obispos y sacerdotes de la Argentina, que hemos refutado in extenso los errores lefebvristas, ¿alguna vez reconocerá su error el establishment curialesco?
[24] Cfr. c. 579.
[25] Paréntesis nuestro; cfr. Concilio Vaticano II, Decreto Perfectae caritatis, nº 19.
[26] CDC, Ed Universidad de Navarra, 1983, pág. 393.
[27] Anexo 11.
[28] Anexo 12.
[29] Anexo 13.
[30] Anexo 14.
[31] Anexo 15.
[32] Anexo 16.
[33] Años después, uno de los adalides del nacionalismo argentino, el Prof. Antonio Caponetto, nos acusaba de “internacionalismo forzado”, o sea, que obligábamos a nuestros sacer dotes a fundar afuera y que iban a disgusto. Me lo dijo el 14-8-1992 en mi despacho.
[34] Carta al Card. Baum, del 2-7-1987 del R.P. Julio García Velasco. Anexo 17.
[35] Anexo 18, pág.3.
[36] Anexo 19.
[37] Allí ponía Mons. Kruk una nota, la nº 9, que decía: “Es un Instituto aprobado “ad experimentum”, según me confiere el C.I.C., cc.: 575.576, potestad para realizarlo”.
[38] Id. pág.10.
[39] Se refieren al aporte estatal para nosotros, que nos correspondía y nos corresponde por no tener todavía estatuto canónico como religiosos. Pero prefirieron tratar de estrangularnos económicamente, antes que ayudarnos fraternalmente. O sea, para que no recibiésemos el aporte estatal nos consideraban religiosos, y, para no poder recibir seminaristas éramos diocesanos.
[40] Eran los Padres Jo sé María Corbelle y Marcelo Gallardo, quienes por caridad de los Padres Mercedarios, vivieron en la Iglesia Argentina en Roma entre Oct/1986 a Oct/1988. Como se ve tampoco querían que estudiasen en Roma, ciertamente que, por lo menos, no nos ayudaron lo más mínimo. Teníamos que desaparecer.
[41] Anexo 20.
[42] Anexo 21
[43] Anexo 22.
[44] Anexo 23.
[45] Anexo 24.
[46] Anexo 25.

Segunda parte


El Seminario religioso “María, Madre del Verbo Encarnado”
i) Mientras estábamos predicando Ejercicios Espirituales en el Seminario diocesano , hacia fines de enero de 1990, un sacerdote diocesano me dijo bajo reserva que Mons. Kruk iba a nombrar rector de ese Seminario al Padre Gastón Dedyn. Al volver “El Trueno” a Bariloche para el 2do. viaje se hizo pública la decisión de Mons. Kruk, que a todo esto a mí no me había dicho absolutamente nada[1].
El nuevo rector públicamente afirmaba que iba a corregir tres fallas: iba a elevar el nivel intelectual, a poner disciplina y a evitar que se impusiese a los diocesanos el carisma “Del Verbo Encarnado”[2]. Me entero extraoficialmente que me habían sacado la cátedra de “Iniciación a la Pastoral I”, que yo había creado, que había dictado durante 6 años, y por la que, junto con otras materias, hubo meses que me pagaban u$s 0,40.-
ii) Con fecha 10 de abril le solicitaba por escrito[3] a Mons. Kruk que nos diese permiso para fundar nuestro Seminario religioso. Previamente habíamos tenido una reunión del Consejo General donde tratamos el tema (no creían oportuno el proyecto los Padres Alberto Ezcurra y Ramiro Sáenz).
iii) El 16 de abril de 1990 autoriza Mons. Kruk la fundación del Seminario religioso, que comienza a funcionar desde el día siguiente en la Villa de Luján, del cual han egresado  48 sacerdotes en estos 4 años. El tener nuestro propio Seminario nos dio más independencia facilitan do así el poder formar a nuestros seminaristas como queríamos, por ejemplo, que se estudie griego, hebreo y las lenguas modernas; enfatizar la dimensión pastoral de la formación; dejar de la do el estudio manualístico de la filosofía; usar los textos mismos de Santo Tomás; incorporar como instrumentos de trabajo la computación; facilitar la organización de las Jornadas Tomistas; poder tener revista y ediciones propias; tener capacidad para seleccionar los profesores; etc.
iv) El hecho de tener Seminario propio, estimo que también, posibilitó la permanencia del Seminario diocesano, ya que si alguien tuviese la intención de destruirlo, provocando un posible -anunciado por algunos- vaciamiento en el Seminario diocesano, podría producirse un fortalecimiento, aún mayor, de nuestro Seminario religioso (piénsese, por ejemplo, en la posibilidad de un descabezamiento de los Superiores -tipo Seminario de Paraná-, restricciones al ingreso de candidatos, cambios arbitrarios en los planes de estudio o en los profesores, etc.). El mismo Visitador Apostólico ‘profetizaba’ en su carta del 2-7-1987 al Cardenal Baum: “Es pro bable que en caso de cerrar el seminario, los más se pasarían a la Congregación en formación”[4].
v) Debo hacer notar que durante 6 (seis) años -desde 1984 a fines de 1989- visitaba a Mons. Kruk todos los miércoles, con quien tenía largas conversaciones. Adopté esa actitud para que siempre me tuviera a mano, pudiera informarse de mí, directamente, y , también, pudiese decirme lo que quería. No todo fue sencillo en esos años. Nunca dejé de advertir las fuertes presiones que Mons. Kruk debía soportar. Hubo algunos sacerdotes “de propia tropa” que nunca dejaron de trabajar en contra nuestra y faltó quien le “pusiese el cascabel al gato” (probablemente por que los usaban en contra nuestra…). Como cuando nos denunciaron en el año 1984 porque tomábamos cerveza en las comidas … eran botellas de cerveza llenas de agua. Como cuando nos acusaron de habernos quedado con una donación en cheque… que jamás hemos visto[5]. En una carta del 22 de junio de 1990 se me informaba que el P. Fernando Yañez delante de los periodistas Gerardi, Freyre y otros, habría afirmado: “No puede haber soluciones o arreglos mientras el P. Buela viva”[6].
Por eso nos dolió la opinión que Mons. Kruk -alentado por algunos diocesanos- hizo correr de que le llevábamos “todo cocinado”, cuando, en rigor, le consultábamos absolutamente todo. Además, sabido es de todos que él no era un hombre ejecutivo. Debe ser por ese tiempo que habrá informado a  Roma de algún problema que él vería en nosotros, porque de hecho nos leyó en una oportunidad Mons. Roldán un informe que le habían enviado a él desde Roma donde se decía que teníamos “casas suntuosas” o algo parecido[7].
Luego del nombramiento del P. Dedyn, lo visitaba una vez por mes.
Otro hecho providencial
vi) El 10 de abril de 1990 pedíamos a Mons. Kruk fundar el Seminario religioso. Por el diario “Clarín” del 11 de abril[8] y por L’Osservatore Romano del 15 de abril[9] nos enterábamos que había sido nombrado Prefecto de la Congregación para la Educación Católica (Seminarios e Institutos de Estudios) Mons. Pío Laghi, quien había sido Nuncio en la Argentina. O sea, que dejábamos de estar bajo su jurisdicción. Como es obvio, también sobre él podría influenciar mucho el Episcopado Argentino que estaba en contra nuestro. En declaraciones que hiciera al periodismo en Ezeiza, cuando se dirigía a su nuevo destino en USA, expresaba su satisfacción por haber podido lograr el nombra miento de un importante porcentaje de Obispos[10].
Otro hecho providencial: la personería jurídica civil
vii) Consideramos que otro hecho verdaderamente providencial fue poder contar, a partir del 9 de enero de 1991, con la personería jurídica civil, según la Resolución nº 8 del Contador a cargo del despacho de la Dirección de Personas Jurídicas del Gobierno de la Provincia de Mendoza, de acuerdo al expediente nº G-2-144/I/88[11].
Esto nos permitió escriturar todos los inmuebles, registrar los vehículos y demás bienes muebles a nombre del Instituto Del Verbo Encarnado. En otro caso hubiésemos podido tener grandes inconvenientes.
De hecho, Mons. Roldán afirmó que los sacerdotes de la Congregación le habían “rementido” cuando le afirmaron que la propiedad de la Parroquia San Maximiliano Kolbe pertenecía al Instituto[12], tal vez llevándose de la opinión del P. Álvarez quien sostenía, sin fundamento, que pertenecía al Obispado. Cuando es verdad que desde hacía mucho tiempo que estábamos haciendo los trámites para escriturar, que se demoraron por problemas de mensura y de pago de tasas y servicios, etc., y de hecho, escrituramos el 17 de marzo de 1992, como consta en el Registro Notarial nº 110[13].
Encuentro en Roma
viii) El sábado 25 de mayo de 1991 junto con el Padre Fuentes me encuentro con Mons. Kruk en Roma. Él me había pedido que fuera a la Sagrada Congregación para los religiosos, entrevistándome primero con Mons. Torres[14], y luego con Mons. Errázuriz[15], porque tenían prevenciones contra mí, cosa que ellos negaron diciéndome que tal vez quien tenía reservas respecto a mí fuese Mons. Kruk, cosa que también él negó.[16]
ix) Días después, luego de celebrar misa sobre el cuerpo de San Josafat pidiéndole por una posible fundación nuestra en Ucrania, el martes 28 de mayo nos encontramos, casualmente, con Mons. Kruk en un bar frente a Porta Angélica. Allí me comentó algunas cosas de la entrevista que el día anterior le había concedido Mons. Pío Laghi, a quien Mons. Kruk siempre lo había considera do amigo: El problema del Seminario diocesano de San Rafael no está arregla do por que da una formación muy cerrada, son “formalistas”; que la separación de los Seminarios, diocesano y religioso, era visto por algunos Obispos argentinos “como una pantalla”; que Pío Laghi no era el mismo y que estaba en contra… Me dio mucha pena. Cuando le entrega ron la birreta de Cardenal a Mons. Quarracino se fue a Florencia para no encontrarse con otros Obispos argentinos, que le hicieron la vida imposible por el doble pecado de hacer el Seminario diocesano y permitir la Congregación. Siempre lo recordaré como un hombre bueno.
x) En entrevista que me concediera el día 29 de julio, Mons. Kruk me dijo que, por escrito, haría precisiones acerca de lo que él quería respecto de nuestras Constituciones en formación. Ese mismo día le escribí una carta para entregársela cuando me diese su escrito. Nunca pude entregársela porque la muerte lo sorprendió sin haberme dado su escrito[17].
Muerte de Mons. Kruk
xi) El 7 de setiembre muere Mons. Kruk en un accidente automovilístico regresando de Mendoza. (Posteriormente nos enteramos que por esos días el Card. Primatesta le habría dicho al Padre Toto Aloisio que el próximo Obispo de San Rafael sería Mons. Roldán. Esto se lo dijo el mismo P. Aloisio al P. Santoianni cuando se dirigían a concelebrar en la capilla que está en la vereda de enfrente de la casa del P. Santoianni en Bs.As., donde el primero administraría el sacramento de la Confirmación)[18].
El nuevo Obispo
xii) El 19 de diciembre de 1991 asume como nuevo Obispo de San Rafael, Mons. Jesús Arturo Roldán. En la sacristía vino rápido a saludarme el Sr. Nuncio, a quien pregunté: “¿Ud. está bien de salud?”. Dando a entenderle lo que significaba ese nombramiento.
xiii) Mons. Roldán me visita en la finca el 21 de diciembre. Allí le dije lo lógico que era la aprehensión que tienen muchos sacerdotes hacia él, por el hecho de que los tres consagrantes en su ordenación episcopal habían sido de los principales enemigos de Mons. Kruk: el Card. Primatesta – que a pesar de venir hasta 4 veces por año a San Rafael, nunca aceptó el pedido de Mons. Kruk de que visitase el Seminario-, Mons. Rubiolo – quien viajó especialmente a San Rafael para decirle a Mons. Kruk que no abriese el Seminario y que puso permanentes obstáculos a nuestros seminaristas[19]-, y de Mons. Pío Laghi, por lo dicho más arriba.
xiv) Quiero decir que este nombramiento nos beneficiaba grandemente, no humana sino sobrenaturalmente, porque si alguien del riñón mismo de los enemigos de Mons. Kruk  no encontraba cosas graves en nosotros, se dejarían de molestarnos por el gravísimo pecado, -en la Argentina-,  de tener muchas vocaciones.
xv) Ya al poco tiempo me pareció descubrir la estrategia pastoral que llevaba a cabo el nuevo Obispo. Su propósito no era destruir, como lo auguraban algunos “profetas de falsos sueños”[20] que afirmaban que lo que corría más peligro era la Congregación, que no iba a ordenar, etc.; de hecho el nuevo Obispo repetía a porrillo que “no venía a destruir como en Paraná”; algunos “profetas” diocesanos no se daban cuenta,  que, en la Iglesia que peregrina en la Argentina, la jerarquía no se podía permitir un nuevo escándalo tipo Paraná; el nuevo Obispo lo que trataría de hacer no era destruir, sino desactivar, desalentar, demorar, obstaculizar. Se podría decir que estábamos frente a una típica “guerra de nervios”, donde nos querían “correr con la vaina”.
Divisiones
xvi) A mi modo de ver, el nuevo Obispo, sabiéndolo o no sabiéndolo, queriéndolo o no queriéndolo, alentó o, por lo menos, no hizo mucho para evitar, 4 falsas dialécticas o separaciones, tal vez, influenciado por algunos de los “profetas de falsos sueños”:
1º  Clero diocesano vs. clero religioso de la Congregación;
2º  Rama femenina vs. rama masculina y viceversa;
3º  Rama contemplativa vs. rama apostólica; y,
4º  Superior General vs. resto del mundo.
1º. Clero diocesano vs. clero “Del Verbo Encarnado”
xvii) Así, por ejemplo, respecto a la primera división expresaba públicamente sus reservas sobre nosotros, incluso en reuniones de clero, decía que había cosas graves – que nunca especificó ni probó ni comprobó, a pesar del tiempo transcurrido -, a unos les habla mal de los otros y viceversa, varios diocesanos afirmaron que él empujaba al desacuer­do, alentó las “correcciones fraternas” por escrito, con copia al Obispo. De hecho, hace poco ante mi propuesta de hacer una reunión presidida por él con los diocesanos para solucionar los supuestos problemas, se negó a realizarla, etc. De hecho varios sacerdotes diocesanos cambia ron radicalmente de actitud, por ejemplo, Mons. Álvaro Ezcurra, como puede verse en su carta, siendo Administrador Diocesano, del 19 de diciembre de 1991[21] y en su carta, siendo Vicario General, del 20 de junio de 1992[22].
xviii) Hubo un cambio notable en algunos sacerdotes, tanto diocesanos como algunos de los que decían pertenecer a la Congregación y que se entramparon en la falsa dialéctica optando por uno de sus polos. Por eso decíamos: “Es de señalar el intento estéril y vano -fruto de una unilateralidad teológica- de quienes quieren oponer clero diocesano a clero religioso o viceversa, como si no hubiese entre ellos igualdad teológica fundamental: tienen el mismo sacramento de Orden y en el mismo grado”[23].
Por ejemplo, el P. Álvaro Ezcurra pasa de exaltarnos de manera ditirámbica: “Querido Padre Buela: … quiero hacerte llegar el testimonio de mi más vivo agradecimiento, no sólo por tu comporta miento personal, sino también por el de todos y cada uno de los miembros del Instituto del Verbo Encarnado en sus diversas ramas…En estos meses he tenido la suerte de poder recorrer cada rincón del Instituto y conversar con todos Ustedes. Al final de cada recorrida y cada conversación, la conclusión era invariablemente la misma: “Aquí está Dios”. … descubrí dos cosas: 1º El excelente espíritu que reina en el Instituto del Verbo Encarnado; 2º: La despreciable chatura de sus enemigos. A partir de este descubrimiento, juré ante Dios defenderlos sin ceder un tranco de pollo;…”[24].
xix) Digo, pasa a escribir, apenas 6 meses después, con ocasión de lo que una novicia había comentado que le habría dicho la Madre General, cosa que después desmintió y  que terminó saliendo del Convento: “‘Consejos’ y actitudes de tal naturaleza no logran otra cosa que envenenar el ambiente espiritual de la diócesis y poner trabas a la solución de los problemas del Instituto del Verbo Encarnado”[25]. Cabe decir que él era el Delegado episcopal de la rama masculina y nos apuraba por un supuesto problema de la rama femenina, con amenaza de llevar el caso a Mons. Roldán y haciendo firmar su carta del 20 de junio de 1992 a los Padres Reinaldo Viveros, Miguel Ángel Heit, Carlos H. Sphan, Patricio Walker, Héctor Javier Albarracín y Carlos Scarlata.
xx) Por eso le dediqué al Señor Obispo el artículo aparecido en DIALOGO nº 5 “Un Único Sacerdocio verdadero”, donde entre otras cosas trato sobre la obediencia sacerdotal al propio Obispo, la unidad en la diversidad del Presbiterio, la coordinación y cooperación entre ambos cleros, la caridad fraterna…
Nosotros nunca hicimos alguna denuncia ni siquiera nos quejamos de algunos diocesanos ante el Obispo, lo único que hicimos fue defendernos cuando estaba en juego el bien común de la Congregación. Nunca los consideramos como enemigos, aunque ellos muchas veces nos trataron como tales.
2º. Servidoras vs. “Verbo Encarnado”
xxi) Tomé conciencia de que había interesados en hacer con las Servidoras lo que hicieron con el Seminario diocesano, cuando, por casualidad, noto que era más largo el decreto de nombramiento del Delegado episcopal de la rama femenina. En efecto, se emitieron dos decretos: del 29 de junio el de la rama masculina[26], y del 10 de agosto el de la rama femenina[27]. ¿A qué se debía esa mayor longitud? Reparé que era debido a un considerando más y a que se facultaba al Padre Ramiro Sáenz en el artículo 2º, párrafo d, a : “Ayudar a llevar a cabo una estructuración más completa de aquello que deberán ser las Constituciones, en base a los documentos ya existentes, a la experiencia vivida en estos años…”, o sea, que el Delegado episcopal, además, sería el legislador.
xxii) Tengo muchos testimonios acerca del trato despectivo a las Servidoras y de las actitudes amenazantes del Señor Obispo para con ellas[28], y de la insistencia en tratar de separar las de la rama masculina, y en especial, de mí[29].
Para ello no solo utilizó al Padre Ramiro Sáenz, sino a otros Padres diocesanos que por entonces hicieron llover una gran cantidad de cartas sobre mí con el fin de lograr la destitución de la Superiora General, Madre María de Itatí[30], que finalmente lograron el éxodo de unas 30 Servidoras, muchas de las cuales se dirigían con ellos. Se vio hasta el cansancio la camioneta de la Parroquia San Pedro, llevando las valijas de las que salieron. El Obispo a todo esto echaba las culpas a las que permanecían adentro del Convento y también lo usaba al Padre Nadal, a quien defendía[31].
xxiii) A ésta dialéctica le pusimos una pesada e ilevantable lápida al presentar las Constituciones gemelas, que al parecer no se lo esperaban.
Otro hecho providencial
xxiv) Además, se destruyó esta dialéctica al hacernos estos Padres el gran favor, inconmensurable, de sacar a las relajadas y díscolas del Convento, cosa que nosotros no habríamos podido hacer, limpiando de esta manera -como caranchos eclesiales- el Convento y quedándose ellos sin gente adentro a quien soliviantar.
xxv) Otras grandes ventajas dispuso Dios en su Providencia amorosa, que se siguiesen de este éxodo provocado,  a saber:
-Se hizo la selección que, de hecho, el P. Nadal no quiso que se hiciese en el Noviciado, contra mi expresa voluntad, entre otras cosas por el prurito mundano de afán de competir  acerca de cual rama tenía más vocaciones.
-Pudimos experimentar lo que son capaces de hacer los sacerdotes que ignoran la naturaleza de la vida religiosa y cuán inescrupuloso es el manejo que tienen con las dirigidas, de quienes se creen dueños, y, lo que es peor superiores. Hacen de la dirección espiritual un medio de gobierno interno de las comunidades  religiosas, con el consiguiente derrumbe de la unidad, de la obediencia y de la misma perseverancia en la vocación consagrada.
xxvi) -Se experimentó, también, cuáles eran las causas del relajamiento de la vida religiosa, pudiendo legislar más puntualmente contra las mismas en nuestras Constituciones[32]
-Asimismo, la atención prevalente hacia las Servidoras, de parte de algunos diocesanos y alentada por Mons. Roldán, que según decían tenían “problemas gravísimos”[33]…,”hay cosas muy turbias”[34]…,”es tono va más”[35].. .,etc., hizo que no se preocuparan de la rama masculina la cual pudo seguir consolidándose sin mayores problemas. Se autoprovocaron, como se dice en estrategia, una maniobra distractiva que nos hizo un favor enorme.
3º Contemplativos vs. apostólicos
xxvii) La separación de la rama contemplativa de la apostólica fue muy claramente vista, en primer lugar por los mismos contemplativos: “La Santa Sede no va a aceptar que un Monasterio dependa de un instituto de vida activa” (Conversación de Mons. Roldán con el P. Molina el 16 de noviembre de 1992[36]), en las Constituciones “se dice que el Superior General puede mandar un monje a cualquier casa del instituto y con eso peligraría la vida monástica” (Conversación de Mons. Roldán con el P. Molina el 17 de diciembre de 1992[37]); y también fue frustrada la falsa dialéctica con la presentación de las Constituciones y del Directorio de Vida Contemplativa. Ahora ellos, luego de un período de ‘captatio’, deben pagar su firmeza no pudiendo ir a EEUU a buscar Monasterio para fundar.
4º Todos vs. Superior General
xxviii) Respecto del deseo de alejar del cargo de Superior General, al fundador de las Congregaciones (en formación), me enteré explícitamente porque el Señor Obispo le dijo al Padre Lochedino el 28 de diciembre: “El fundador debería abrirse de la conducción de la Congregación”[38], tratándome  de autoritario, individualista, de llevar todo cocinado, de no aceptar errores y de refutarlo todo. En ese entonces le estaba cayendo a él una lluvia de cartas de muchos miembros de nuestra Congregación, afirmando que no me tenían por autoritario[39]. Pero él hacía caso a los que no eran súbditos míos y sobre los cuales no ejerzo ninguna autoridad.
xxix) Luego de pensarlo, rezarlo y hacer pro y contra, me pareció que era una idea genial: dejaría el pesado trabajo del gobierno, -tenemos los sacerdotes que pueden desempeñarse como Superiores Generales con más maestría que la que yo pudiera tener-,  tendría más tiempo para hacer lo mío específico, podía como mirar desde afuera para tener más objetividad en cómo andaba todo, no pueden hacer que yo deje de ser el fundador, me otorga una libertad increíble, dejo de ser el blanco preferido de algunos ‘amigos’ a quienes tapo la boca porque “muerto el perro, se acabó la rabia”, dejo de tener que tratar con él y cuando me llame, si se refiere a temas de la Congregación o a otras cosas, lo remitiré, humildemente, a mi Superior legítimo.
Intercambio epistolar
xxx) Por algunos problemas suscitados, en especial, por haber llamado a nuestra Constituciones en elaboración “mamotreto”, escribí al Sr. Obispo el 19 de agosto de 1992[40]. El Sr. Obispo me contestó el 25 de agosto[41] y a mi vez respondí el 5 de octubre[42].



[1] El Padre Biestro, posteriormente, me contó el diálogo entre Mons. Kruk y el P. Alberto Ezcurra -referido por este último-, que aproximadamente fue así:
K- ¿Quién te parece para Rector?;
E- El P. Ramiro;
K- No, porque a lo mejor dentro de un año lo mandan a Alemania. Yo pensé en Gastón…
[2] De hecho su rectorado fue un desastre. Buscó rodearse de los Padres Jorge Benson y Juan Petrino, que después se fue ron a otras Diócesis. Sólo tuvo influencia en la infraestructura material del Seminario. En vida de Mons. Kruk, el P. Dedyn logró que se tomase la decisión de echarlo al Padre Carlos Biestro, cosa que se vio  impedida por la campaña que hicieron sobre el Obispo; pero fue sacado de Prefecto de Estudio más tarde, sin mayores dificultades, bajo el nuevo  gobierno.
[3] Anexo 26.
[4] Ver Anexo 17.
[5] Cfr. carta a Mons. Kruk del 19 de setiembre de 1984. Anexo 27.
[6] Anexo 28.
[7] Nunca tuvimos ese documento en nuestras manos. Pero hay varios testigos del hecho: P. Corbelle, P. Martínez, P. Álvaro Ezcurra y yo.
[8] Pág. 9. Anexo 29.
[9] Pág. 5.
[10] Cfr. Diarios de la época.
[11] Anexo 30.
[12] Cfr. Entrevista con la M. Itatí, 29-2-92. Anexo 193.
[13] Folio 105, Escritura 34, año 1992 y Folio 108, Escritura 35, año 1992.
[14] Anexo 31.
[15] Anexo 32.
[16] Anexo 33.
[17] Anexo 34.
[18] Anexo 35.
[19] Anexo 36.
[20] Cfr. Jer. 23, 32.
[21] Anexo 37.
[22] Anexo 38.
[23] Revista DIÁLOGO nº 5, del 8 de mayo de 1993, pág. 27.
[24] ver Anexo 37
[25] ver Anexo 38.
[26] Anexo 39.
[27] Anexo 40.
[28] Apéndice, §§ 229-278.
[29] Id.
[30] Apéndice, § 164.
[31] A mí personalmente: “Con lo de Nadal voy a ir hasta lo último. No va a quedar así no más. Ud. no supo dialogar con él”. A su vez, el P. Nadal consideraba al Señor Obispo: “sereno, paciente, pero firme” (Anexo 205), “a quien aprecio sinceramente… Está todo en manos de mi padre, Mons. Roldán…” (Anexos 217 y 218); aunque luego, cuando decide irse de la Diócesis de San Rafael, cambia de opinión: Dice que M. Roldán “cambió manifiestamente su trato conmigo” (Anexo 143).
[32] Cfr. [469-478], etc.
[33] A mí Mons. Roldán.
[34] El P. Iocco al P. Ríos, el 27-5-1992. Anexo 164.
[35] Id.
[36] ver Anexo 196.
[37] ver Anexo 198.
[38] ver Anexo 199.
[39] Lo había pedido yo en circular 1/92 del 16 de setiembre. Sé que le escribieron al Señor Obispo, entre otros, los Padres Ferrero, Micheletti, Mengele, Alonso, Hayes, Fuentes, Gallardo, Molina, Corbelle, Flores, Santoianni, etc. Anexos 42 al 54.
[40] Anexo 55.
[41] Prot. 134/92. Anexo 56.
[42] Anexo 57.

Tercera  parte


Primer libro
i) El 28 de febrero de 1992 el rector de la Pontificia Universidad Lateranense aprobaba la tesis doctoral del P. Miguel Ángel Fuentes titulada “El señorío del pecado en el comentario de Santo Tomás de Aquino al ‘Corpus paulinum'”. Fue el primer libro publicado por uno de los nuestros[1]
Crisis en las Servidoras
ii) Entre las Servidoras hubo tres crisis principales y en todas la mano principal, aunque no única, fue del Padre Nadal:
1º  Con la Madre Neckam en 1990[2];
2º Con un grupo de Superioras, a quienes él soliviantaba y a quienes  hubo de ponerse un castigo medicinal en 1991[3];
3º El éxodo masivo provocado por distintos eclesiásticos en 1992[4], en lo cual él tiene gran parte de culpa por haber permitido, entre otras cosas, que cualquiera, de manera irrestricta, pudiese ser director espiritual en cualquier casa de las Servidoras, a pesar de mi oposición formal[5].
Sobre estas tres crisis nos referiremos en extenso en el apéndice al presente trabajo[6].
Algunos desgranamientos
iii) Ya desde el comienzo algunos sacerdotes que dijeron que querían hacer la experiencia de vida religiosa con nosotros, se retractaron, como ser los Padres Juan Petrino, Miguel Speroni, Carlos Biestro…, y más tarde, Alberto Ezcurra[7], Carlos Nadal[8], Ramiro Sáenz[9], Hernán González Cazón, Rubén Tula, Ricardo Coll.. . Hay que decir que no sólo ninguno de ellos hizo noviciado, sino que ni siquiera vivían en comunidad religiosa y ciertamente ninguno vivió -aún con los votos hechos, incluso, algunos con votos perpetuos- ni la pobreza ni la obediencia religiosa[10]. O sea que nominal mente hicieron votos, que realmente nunca los cumplieron. No veo en ellos mala fe, sino ignorancia de lo que es la vida religiosa o, más aún, el no haber tenido auténtica vocación religiosa. En alguno pudo existir el hecho de querer aprovecharse de la Congregación, sea para tener una buena excusa para salir de su propia Diócesis, sea pensando que la vida religiosa es “zafar” de los Obispos, sea para…
Nuestros fracasos
iv) En la Diócesis de Cusco, en marzo de 1991, fueron separados, sin previo aviso, del Seminario arquidiocesano, los Padres Esteban Cantisani y Eduardo Coll.  Recibí carta del Sr. Arzobispo donde me informaba los motivos de la medida[11], que respondí a la brevedad[12]. Posteriormente, agradeció al P. Eduardo Coll[13], a mi vez le agradecí[14], pidió más sacerdotes[15] y pidió también a las Servidoras[16].
v) En noviembre 1993 fueron sacados de la Parroquia San José de Añatuya, los Padres Carlos Alonso y Claudio Stewart sin previo aviso, pero también, sin previo aviso, se sacó de la Parroquia a la Congregación en nombre de una reestructuración diocesana[17]. Le ofrecí al Obispo de Añatuya las otras dos Parroquias que atendemos[18], pero no solo dijo no tener nada en contra de nuestra permanencia allí[19], sino que pidió un sacerdote más por cada Parroquia, luego de un intercambio epistolar[20] y un encuentro personal.  Por primera vez se hizo contrato.
Rusia
vi) El 10 de junio de 1993 entrábamos en Rusia.
Las Constituciones
vii) La historia detallada de las mismas figura en anexo[21].
viii) Pero aquí lo que interesa son dos cosas:
1º- La pretendida dialéctica con la rama femenina se terminó al presentarse las Constituciones gemelas; y,
2º- El ofrecer, el día 11 de enero de 1993, al señor Obispo un ejemplar de las Constituciones encuadernado, que se habían entregado ya a todos los miembros, apuró el trámite de la presentación de las mismas a Roma, según aparece en la carta de Mons. Jesús Torres del 20 de abril de 1993, que dice haber recibido la documentación con el informe de Mons. Roldán fechada el 20 de enero de 1993[22]. Mucho se disgustó Mons. Roldán porque habíamos publicado y entregado las Constituciones y me hizo publicar una aclaración en nuestro boletín “Ave María”[23]. De hecho, recién 9 días después presentó todo el material, que tenía desde el 15 de setiembre del año anterior, ante la Santa Sede.
La carta de Mons. Jesús Torres Llorente, CM., del 20 de abril de 1993
ix) Esta carta es fundamental en la historia de nuestra pequeña familia religiosa, porque, de hecho, aventó tres amenazas latentes:
1ºLa amenaza de que nos disolviesen, usada en muchas ocasiones[24];
2ºLa amenaza de no ordenar, alimentada por “los profetas de falsos sueños”[25], de ahí que en forma reiterada hallamos escuchado decir al señor Obispo: “he ordenado con resquemores de conciencia”[26] (y según el P. Nadal el 17 de marzo de 1993 el Obispo, entre otras cosas, habría dicho: “Me pesa en conciencia ordenarlos”[27]); y,
3ºLa amenaza de no permitir fundaciones en el exterior.
x) En fecha 17 de diciembre de 1992, Mons. Roldán le habría dicho al P. Molina: “Yo no pensaba dar ninguna autorización más (de fundar en el exterior) hasta que se pronuncie la Santa Sede sobre la Congregación, ésta es la última que doy”[28].
Esta última amenaza ya había queda do algo neutralizada cuando le dije a Mons. que si él no quería que fundásemos afuera me lo dijera así levantábamos una casa más en la finca para los 17 que debería ordenar y que con 17 más las reuniones de clero serían más animadas. Con todo, tomando pie de lo que él entendía que decía la carta de Mons. Torres, cada uno de los sacerdotes que fuese a otra Diócesis, tenía la obligación de incardinarse allí quedan do totalmente sujeto a lo que del sacerdote dispusiese el Obispo del lugar. Respecto a lo prime ro, pero sin  decir que me parecía absurdo lo segundo, le dije que no teníamos ninguna dificultad; hasta ahora -28-6-94- no ha concedido ninguna excardinación.
xi) Además, fue muy importante, porque mostró que las reiteradas afirmaciones de Mons. Roldán: “Son ustedes los que deben ocuparse de que sea aprobada la Congregación por Roma” (11-3-92)[29]. ·no quiero ser responsable de la Congregación” (17-3-92)[30], no eran exactas.
Anuncio del IIº Capítulo General Ordinario
xii) Por carta circular del 18 de mayo de 1993 convocábamos al IIº Capítulo General Ordinario, que, finalmente, se hará desde el 15 de setiembre hasta el 9 de octubre de 1994, Dios mediante, y en la cual aviso que yo no me presentaré a la reelección como Superior General.
Otras cartas de la Curia Romana
xiii) Con gran alegría recibíamos la primera carta dirigida a nosotros desde la Sede Apostólica por el Prefecto de la Sagrada Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, S. Emcia. Rvdma. el Señor Cardenal Eduardo Martínez Somalo, fechada el 7 de julio de 1993. Ponía una dificultad en el hecho de que algunas Superioras habían sido destituí das[31] (Después nos enteramos que se referían a la crisis de las Servidoras del año 1991). Es decir, que con la rama masculina no tenían ningún problema. Respondí con carta del 8 de diciembre de 1993[32].
xiv) En carta del 18 de diciembre de 1993[33], el señor Secretario de la Congregación para religiosos, pedía se reconsiderase la destitución de las Superioras y el no permiso para hacer los votos privados perpetuos; medida que ya había tomado con 2 (dos) años de anticipación la Madre general[34], como se lo señalaba a él en carta del 15 de marzo de 1994[35].
Jerusalén
xv) El 25 de agosto de 1993 entrábamos en Jerusalén. El P. Marcelo Gallardo asumía como profesor en el Patriarcal Seminario.
Ucrania
xvi) El 24 de noviembre de 1993 comenzaba la rama oriental de nuestro Instituto al entrar en la Eparquía Ucraniana de Buenos Aires, (entrarán en territorio ucraniano, en Lvov, el 6 de julio de 1994).
China insular
xvii) El 13 de diciembre de 1993 entrábamos en China.
Los avatares sanrafaelinos
xviii) En la primera quincena de marzo de 1994 salió en el Semanario “COSAS del Sur mendocino”[36] un título en primera página “De conductas sectarias acusan a Congregación” con un artículo en página 3, titulado “Grave denuncia del sacerdote Nadal, uno de los fundadores de la Congregación. La historia no oficial del Verbo Encarnado”[37], donde, entre otras cosas, él se considera fundador de la rama femenina. Una nota, tal vez más grave, salió en “El Diario de la República” de San Luis, del 18 de marzo de 1994, pág. 38[38]. Para nosotros esto fue muy providencial,  por dos razones: 1º Lo ponía en evidencia a Nadal ante Roma; y, 2º Porque lo obligaba a Mons. Roldán a dar la cara, por primera vez, y pública mente, por nosotros.
xix) En carta a Mons. Errázuriz, Secretario de la Congregación para los religiosos, informé del tema mandando los recortes de los diarios correspondientes[39].
Mons. Roldán el 22 de marzo por televisión desmintió los infundios calumniosos del Padre Nadal[40].
xx) Debo decir que según el testimonio de la madre de la Hna. María de la Epifanía, Mons. Roldán le habría mostrado un escrito en que se nos acusaba de sectarios: “A mí me mostró Mons. Roldán un papel donde se los acusaba de ser una secta”[41]. Los padres de esta Hna. fueron a denunciarnos ante el Sr. Alfredo Silleta, de la Fundación Argentina para el Estudio de las Sectas (FAPES), quien en el artículo del Semanario COSAS de Mario Limeses aparece como afirmando que tiene varias denuncias de que somos secta.
Siguen las cartas de la Santa Sede
xxi) En carta del mismo Mons. Errázuriz del 11 de mayo de 1994[42] manifestaba su satisfacción por haber se retirado las sanciones impuestas a algunas Servidoras. Con lo que parece que ya no tienen dificultad con las mismas. Pero nos decían que nos obligan las Constituciones. A lo cual respondimos que no entendíamos como podían obligar: En primer lugar, porque para ser Asociación pública en la Iglesia hay que estar erigidos por decreto formal cosa que ignoramos que se haya hecho, más teniendo en cuenta lo que , por lo menos en tres ocasiones, por escrito, afirmara nuestro Obispo: “se trata de una Asociación Pública que aún no ha sido erigida canónicamente” [43], a lo que pareciera se equivoca en considerarnos Asociación pública. En segundo lugar, por lo que sabemos, nuestras Constituciones ( o Estatutos) no han sido aprobados [44], ni revisados[45] o reconocidos[46], ni alabados o recomendados[47] por la autoridad eclesiástica. Respondí con carta del 6 de junio[48].
xxii) Hay que hacer notar, sin embargo, que la Sagrada Congregación para los religiosos nos ha considerado reiteradas veces “Asociación pública” en documento del Secretario de la Sagrada Congregación del 22 de junio de 1988[49] y del 6 de setiembre de 1988[50]; “Asociación” en cartas del Subsecretario del 20 de abril de 1993[51], del Sr. Prefecto Emmo. Card. Martínez Somalo del 7 de julio de 1993[52] y del Señor Secretario del 11 de mayo de 1994[53];”Congregación” en carta de este último del 18 de diciembre de 1993[54].
Impresión personal
xxiii) Estimo que, a pesar de manifestaciones en contrario y a pesar de haber cambiado mucho para mejor, no gozamos del aprecio cordial de Mons. Roldán. De hecho, todo lo que puede impedir u obstaculizar, lo impide o lo obstaculiza. Así por ejemplo:
·Nos tuvo en ascuas muchos meses en 1992 sin darnos fecha de ordenaciones, más aún, diciéndonos que ni siquiera pusiésemos fechas tentativas de ordenaciones en el Calendario anual. Recién lo hizo cuando llegó la carta de Mons. Torres.
·Pero, posteriormente, resolvió de motu proprio, contra la opinión de todos nosotros, demorar un año más la ordenación diaconal -demorando dos años más de lo que exige el Código de Derecho Canónico- con el argumento de que siendo diácono es más fácil que la Santa Sede conceda la reducción al estado laical; con esto nos deja un año sin diáconos, lo que se agrava porque no quiso dar el acolitado a los que correspondía con el argumento que no podían ser acólitos por dos años (pero sí, lectores por dos años); y demoró seis meses la ordenación presbiteral.
·Puso trabas para no darnos ministros extraordinarios de la Eucaristía. Dijo que no era litúrgico que los seminaristas comulguen bajo las dos especies, contra lo indicado por la Santa Sede: “La comunión bajo las dos especies … es recomendable en el seminario …”[55].
xxiv) ·Después de haber dado permiso explícito para que los Padres Aparicio y Mentesana fuesen a California, se los negó sin entender razones y a pesar del compromiso ya contraído con esa diócesis.
·Se negó, reiteradas veces, a darnos una firma para destrabar los trámites respecto al Instituto Santo Tomás de Aquino.
·Se negó a pedir a la Santa Sede la dispensa por edad de Gabriel Arce, quien estuvo de diácono dos años.
·No nos autorizó a tener una emisora de televisión parroquial.
·No nos ha dado permiso para poder recabar datos sobre las gracias atribuidas a Marcelo Javier Morsella, siendo que son muy numerosos los testimonios escritos recibidos y muchos vienen a rezarle a su tumba.
·A mi modo de ver, lo peor es su falta de alegría ante los frutos que dan las Misiones populares, los ejercicios espirituales, y todo nuestro trabajo apostólico y misionero. Asimismo, su total desinterés por los que alcanzan grados académicos en Roma.



[1] Pontificia Universitas Lateranensis, Theses ad Doctoratum in S.Theologia, Roma, 1992.
[2] Apéndice, §§ 119-134.
[3] Apéndice, §§ 135-159.
[4] Apéndice, §§ 160-301.
[5] En las primeras reuniones en el año 1988, fijé mi posición al respecto, basándome en la decisión de Mons. Kruk frente a tema semejante planteado al inicio del Seminario diocesano: Solo podían ser Directores Espirituales los sacerdotes que residían en el Seminario. cfr. “Normas 1986″ del Seminario Diocesano, pasadas a máquina por el P. Nadal, a la sazón Prefecto de Disciplina, dice textualmente: ” 1. Únicamente son Directores Espirituales de los seminaristas los superiores del Seminario y aquellos sacerdotes que oportunamente designe el Sr. Obispo”. Ver Anexo 58.
[6] Apéndice, §§ 119-301.
[7] Siendo uno de los Consejeros Generales, se separó de nosotros diciéndolo recién a los tres años. cfr. Apéndice, §§ 198-199.
[8] Cfr. Apéndice, § 279-301.
[9] Fue nombrado Delegado episcopal, sin la anuencia de su Superior legítimo. Con lo que se autodescalificó ante propios y extraños. cf. Apéndice, § 223-228.
[10] Nada de esto vio como grave el Señor Obispo. Él me dijo que el Padre Ramiro Sáenz le pidió su opinión para ver si tenía que salir o si tenía que quedarse en la Congregación, a los pocos meses de su profesión perpetua. Él le habría respondido que era una decisión personal del sacer dote.
[11] Carta del 19 de marzo de 1991, Anexo 59.
[12] Anexo 60.
[13] Anexo 61.
[14] Anexo 62.
[15] Anexo 63.
[16] Anexo 64.
[17] Carta de Mons. Baseotto del 5 de noviembre de 1992, Anexo 65. En fax del 20 del mismo mes agregaba: “Tal cual están hoy las cosas, conviene que los Padres no sigan en la Diócesis”.
[18] Anexo 66.
[19] Anexo 67.
[20] Anexos 68 y 69.
[21] Anexo 70 y Semana de las Constituciones, Anexo 71.
[22] Anexo 72.
[23] Ver nº 14 de Setiembre- Octubre 1993, págs. 37-38.
[24] “Si no colaboran yo me ocupo de otros asuntos de la Curia y a Uds. no los aprueban más … si no colaboran, yo me retiro y la Santa Sede no los aprueba más.” (Anexo 200); “si no aceptan al Delegado esto se frena ya mismo” (Anexo 188); “si no, no apruebo, yo dejo … dejo pasar el tiempo” (Anexo 189).
[25] Cfr. Jer. 23, 32.
[26] A varios en repetidas oportunidades; cfr. carta del P. Buela a Mons. Roldán del 12-4-92. Anexo 73.
[27] Anexo 74.
[28] Conversación del 17-12-92; d.c.
[29] ver Anexo 73.
[30] ver Anexo 74.
[31] Anexo 75.
[32] Anexo 76.
[33] Anexo 77.
[34] Anexo 78.
[35] Anexo 79.
[36] Anexo 80; asimismo tenemos un cassette con las declaraciones completas del P. Nadal y de Moreschi, quien lo azuza.
[37] Id.
[38] Anexo 81.
[39] Anexo 82.
[40] Tenemos grabado un video con la intervención en el programa “Sin vueltas” del canal 6 de televisión. Desgrabado aparecerá como Anexo 83.
[41] Anexo 84.
[42] Anexo 85.
[43] Carta de Mons. Roldán del 25 de agosto de 1992  y Decretos de nombramiento de Delegados episcopales; d.c.
[44] Cfr. CDC. 314.
[45] Cfr. CDC. 314.
[46] Cfr. CDC. 299, par.3.
[47] Cfr. CDC. 299, par.2.
[48] Anexo 86.
[49] Prot. n. I.s. 3395/88. Anexo 87.
[50] Prot. n. 20530/87. Anexo 88.
[51] Prot.n. DD 2037 – 1/93. ver Anexo 72.
[52] Prot. n. DD 2037-1/85. ver Anexo 75.
[53] Prot. n. DD 2037-1/85. ver Anexo 85.
[54] Prot. n. DD 2037-1/85. ver Anexo 77.
[55] Instrucción sobre la formación litúrgica en los seminarios, Sagrada Congregación para la Educación Católica, nº 24.

Cuarta parte


Estado actual: Otros dos hechos providenciales
i) El primer hecho providencial que queremos resaltar, en este lugar, es que Dios ha querido bendecirnos con vocaciones muy abundantemente, siendo de notar, que al momento, no hemos gastado un sólo peso en propaganda vocacional.
La situación a este momento – 29-6-94 – es, aproximadamente, la siguiente:
Miembros sacerdotes:         81
”            diáconos:                 7
Hermanos:                             8
Seminaristas mayores:      130
Novicios:                             45
Religiosas y postulantes:   195
Seminaristas menores:        50
El 54 % de nuestros sacerdotes – o sea, unos 44 sacerdotes- ya han sacado o están sacando títulos habilitantes en Roma, sea de licenciados sea doctorados.
Fundaciones
ii) El otro hecho providencial es que Dios nos posibilitó, en muy poco tiempo, poder fundar en muchos lugares, alguno de los cuales, los hemos soñado mucho tiempo, como ser Rusia, China, etc.: Las fundaciones se han realizado hasta ahora en San Rafael (Mendoza), en Buenos Aires (Eparquía Ucraniana), Añatuya -Suncho Corral y Los Juríes-; en Perú – Cuzco, Arequipa, Chapi-; USA -Brooklyn, Fall River, California-; en China insular; en Italia -Casalotti, Ponzano Roma no, Cape na…-; en Rusia; en Ucrania; en Jerusalén; y las que se están haciendo en Egipto, en Belén, en Brasil -Santo Amaro y Santo André-, en Camaná (Perú), en  Guyana inglesa , etc.
iii) Además nos ofrecimos para fundar en el Tchad -haciéndonos eco del pedido expreso del Papa-, en Hong Kong, en Lucca, en Guinea Ecuatorial, en Australia, en Rwanda, en la República Checa, en Puerto Rico, en Austria, etc., como asimismo, ante el pedido aparecido en L’Osservatore  Romano, ed. española, del 15 de marzo de 1991, nos ofrecimos a la Sagrada Congregación para el Clero[1]
iv) El poder fundar en tantos lados, lejos de debilitarnos -como anunciaban algunos que parece consideran a la Iglesia como una institución puramente humana- nos ha consolidado mucho más, dándonos más fuerza en el Señor y dándonos “mística”. Para evitar que se pueda perder el espíritu, no sólo nos comunicamos por carta, sino además por teléfono, por radio – con audio y con packet-, por computadora y modem (BBS-Bulletin Board System) y por fax. También estamos estudiando instalar el sistema Internet, vía satélite. En la actualidad tenemos en la Finca dos líneas telefónicas DDI (Discado Directo Internacional). Tenemos contacto habitual a través de la revista DIÁLOGO, del Boletín  AVE MARÍA y del Boletín electrónico VOX VERBI.
Perspectivas
v) Dicho lo anterior sólo me quedaría, mirando in causa, hablar del futuro. Hay que rodear al nuevo Superior General con todo afecto, obediencia, ayuda y oración. Como nos consta por experiencia -ex experientia patet- la unidad con el Superior General es la que da gran fuerza a nuestra Congregación.
Para los próximos 3 años contaremos probablemente con alrededor de 50 nuevos sacerdotes, y en los 3 años siguientes -de perseverar todos- tendríamos alrededor de 75 nuevos sacerdotes más, y de seguir el crecimiento vocacional, para los 3 años posteriores habría 100 nuevos sacerdotes más. O sea que, siguiendo un cálculo estadístico -que bien puede fallar- durante el gobierno del nuevo Superior General podría haber, estimativamente, 225 ordenaciones sacerdotales. Se puede pensar en consolidar las fundaciones ya existentes y trabajar por otras nuevas.
Por la calidad de personas que Dios nos envía, por la importancia de la formación filosófica y teológica que se imparte, por el tono general de la vida espiritual que se lleva, por la fuerza de nuestra vida comunitaria en la alegría y la caridad, por la facilidad en encontrar superiores y formado res, por la prontitud con que podemos organizar cualquier tarea incluso inédita, por la garra que tienen la mayoría de los nuestros en ir a misionar a donde sea,  estimo que es muy razonable esperar gran des cosas para el futuro de nuestra Congregación.
Pienso que recién estamos “saliendo del cascarón”. Recién vamos a entrar en la primavera de nuestra Congregación (en formación).
vi) Debo decir que hace años hicimos un voto especial a la Santísima Virgen: Cuando recibamos la aprobación diocesana como Instituto de vida religiosa ofreceremos una lámpara votiva digna al Santuario de la Virgen de Luján.
vii) Si casi la única ayuda que hemos recibido de nuestros propios Obispos fue permitirnos hacer la experiencia de vida religiosa y permitirnos vivir durante un año en la casa de la calle Tirasso; si a pesar de observarnos con lupa no han encontrado nada grave; si careciendo de alientos oficiales seguimos expandiéndonos; si otras personas que nos trataron de destruir con todo tipo de campañas de desprestigio y de calumnias,  no pudieron; si para que el Estado no nos ayudase éramos religiosos, y para que Adveniat no nos ayudase no tenemos estado canónico[2]; si pudimos soportar los embates del Visitador Apostólico que nunca nos visitó, de la Sagrada Congregación para la Educación Católica y de la Comisión Permanente de la C.E.A. y esos embates no pudieron detenernos;  si han pasado más de 10 años y todavía las autoridades no han clarificado nuestra situación en la Iglesia, ni cual es el estatuto canónico que tenemos, si tenemos alguno; si a pesar de todos los pesa res, seguimos adelante y cada vez con más bríos, es señal que, a pesar de nuestros vicios y pecados, Dios está con nosotros, y entonces, ¿quién contra nosotros?[3].
viii) Como le decía en carta del 6 de junio de 1994 a Mons. Errázuriz:  “Han sido para mí 10 años brillantes y fecundísimos, cada año fue un himno del amor de Dios, de su providencia, de su magnificencia y de su magnanimidad. Me retiro del cargo de Superior General con la satisfacción del deber cumplido. Todo lo nuestro está entre , comillas y en el aire, parece agarrado con alfileres y pegado con saliva: no somos Congregación de derecho pontificio, ni de derecho diocesano, ni Asociación pública canónicamente erigida, ni tenemos aprobados ni revisados los Estatutos, ni ha sido alabada o recomen dada (cfr. c. 299 par.2), tampoco estamos aprobados  “ad experimentum”, pero soy inmensamente feliz y tengo un gozo inconmensurable,  al constatar toda nuestra  precariedad y fragilidad, no por incuria ni omisión culposa de nosotros, porque siempre será verdad que “ha escogido Dios lo débil del mundo para confundir a los fuertes” (cfr. 1 Co 1, 27). Pareciera que lo que dejó escrito nuestro primer miembro muerto -era seminarista-se puede aplicar a nuestra comunidad:
“Señor, quiero ser una hostia.
Blanca, sin mancha, por tu gracia y para Ti.
Frágil, sólo fuerte en Ti”
Aparentemente esto último lo logramos. Dejo este cargo de Superior General, luego de 10 felices años, con la sensación que Dios me dio la gracia de hacerme  participar de su risa (cfr. Sal 2, 4), y con la inmensa satisfacción de que la Congregación, Instituto, Asociación pública o privada, ente,  – o lo que sea, si es que es algo – está extendida…[4]” por muchas partes.
ix) Por si fuese poco, nos ha confirmado, indirectamente, en la verdad de nuestro propósito, el hecho de que, en estos años y en esta Diócesis de San Rafael, se dieron 4 intentos de fundaciones, pero con pseudo-carismas fundacionales:
1º Hubo un intento de fundación de vida contemplativa, el Monasterio de “Aula Dei”, en la calle Sardini, que se inició un 13 de mayo  y antes del 13 de junio siguiente ya había fracasado;
2º  Un ex-hermano, Alberto Grau -que decía que tenía estigmas interiores-, fue autorizado para fundar una Congregación de Hermanos, en Cuadro Nacional, aparentemente, no perseveraron ni una semana;
3º  Un Instituto secular femenino;
4º Una Pía Asociación sacerdotal; estas dos últimas fueron anunciadas en una reunión de Clero del mes de diciembre.
x) A mi modo de ver, tantas bendiciones divinas se deben, en primer lugar, al libérrimo beneplácito de Dios Padre; luego, a que tratamos de vivir el misterio del Verbo Encarnado -el Hijo de Dios humanado-, en todas sus manifestaciones y, por su gracia, no vaciamos la Cruz de Cristo; a su Madre y Madre nuestra, María, por quien nos han venido todas las gracias; a la Misa diaria y a la diaria adoración a Jesucristo, presente en el Santísimo Sacramento; y a la atención de los pobres, que son un desplegarse del misterio del Verbo Encarnado:
-de los que carecen de bienes materiales, los que vienen a pedir comida todos los días, almuerzo y cena, y a los que atendemos en nuestros Hogarcitos y Asilos;
-de los que carecen de salud, visitando y llevando los sacramentos a los enfermos, en sus casas y en los  Hospitales;
-de los que carecen de salud espiritual, trabajando con ahínco por la conversión de los pecadores;
-de los que carecen de caridad para con nosotros, rezando por ellos y agradeciéndoles todo el bien que, a pesar de ellos, de ellos recibimos.
Gracias a todo el profundizar y desenrollar el gran misterio de la Encarnación, hemos alcanzado la gracia de vivir ” en alegría, justicia y paz en el Espíritu Santo” (Rom. 14, 17), y “donde está el Espíritu del Señor está la libertad” (2 Cor 3, 17).
xi) Debo confesar, también, que la gracia fundacional ha obrado en mí como una suerte de primer principio desde el cual se resolvían todas las dificultades y problemas, lo que me permitió siempre vivir con gran paz e inmensa alegría, sin  preocupaciones, sabiendo que no tienen por qué comprendernos los que no tienen nuestro mismo espíritu y percibiendo un enorme respaldo por parte de todos los que de verdad y de corazón están con nosotros.
xii) Creo que es de justicia agradecer, de corazón, a todos los miembros de nuestros Institutos que supieron cerrar filas junto a sus Superiores, de manera especial, en los momentos de mayor peligro. Aquí cabe un recuerdo especial para las “piezas claves” de nuestras Congregaciones: “… También los religiosos enfermos, y cuando los haya, los ancianos, participan con sus sufrimientos en el apostolado que ejercen los otros miembros, y en grado sumo, ya que están completando lo que falta a la Pasión del Señor. Ellos ‑los enfermos y ancianos‑ junto con los miembros de las ramas contemplativas, los hermanos coadjutores y los que se dedican a las obras de misericordia son las piezas claves del empeño apostólico de nuestro Instituto[5]“.
xiii) El agradecimiento, de corazón, debe hacerse extensivo a quienes no nos compren dieron: a los Monseñores Primatesta, Rubiolo, Karlic, Laise, Aramburu, Canale …; a los sacerdotes que nos pusieron distintos obstáculos: Nadal …; a los pocos laicos que hicieron un poco más pesada nuestra cruz : el ex-presidente Raúl Alfonsín, Limeses, Neckam …; etc. pidiendo a Dios la gracia de que las dificultades que debimos pasar hayan sido “sin pecado de ninguna persona ni displacer de su divina majestad …”[6]
xiv) A todos los de adentro y los de afuera, los miembros de los Institutos de vida consagrada tanto masculinos como femeninos, los de la Tercera Orden, a los enemigos y a los amigos, pido perdón por todos mis grandes y graves pecados que han empañado la obra que Dios realiza por medio de nosotros, que me llenan de vergüenza y que me hicieran experimentar en carne propia aquello del mártir Nicolás Mascardi, SJ: “…para que tanto más luzca el poder de la divina mano, cuanto más vil es el instrumento de que se sirve[7]”.
xv) Pido perdón también por todas mis locuras, que a veces fueron causa de justo escándalo por parte de algunos hermanos más débiles, como ser: Dejar Buenos Aires para venir a San Rafael, fundar un Seminario Mayor de un día para otro sin tener aulas, mandar a Roma a jóvenes sacerdotes sin tener en cuenta el estúpido dicho “Roma veduta, fede perduta”, el fundar en el extranjero que debilitaría lo de aquí, abrir casas sin tener respaldo suficiente de dinero, fundar en muchos lados a la vez, enviar jóvenes sacerdotes ignorando la lengua del país, mandarlos a lugares peligrosos: Brooklyn, Bronx, Harlem, Jerusalén, Rusia, China, …, nombrar Maestro de Novicios a un sacerdote de 23 años que para ordenarse tuvo que pedir dispensa al Papa, quedarme imperturbable -impávido- frente a todos los ataques, no hacer componendas con nadie …, no usar la politesse ni la diplomacia en el gobierno de la Congregación, etc.
xvi) ¡No temas, pequeña Congregación! ¡El amor es más fuerte! Como nos enseña la Sagrada Escritura:  "Aunque ellos intenten daño contra ti,  aunque tramen un plan, nada podrán[8]"; "Yo he creado al destructor para aniquilar. Ningún arma forjada contra ti tendrá éxito, e impugnarás a toda lengua que se levante a juicio contigo. Tal será la heredad de los siervos de Yahveh y las victorias que alcanzarán por mí ‑ oráculo de Yahveh" [9]; "Aunque nuestras culpas atesten contra nosotros, Yahveh, obra por amor de tu Nombre. Cierto, son muchas nuestras apostasías, contra ti hemos pecado"[10]; "Abren su boca contra ti todos tus enemigos; silban y rechinan de dientes, dicen: «¡Nos la hemos tragado! ¡Ah, éste es el Día que esperábamos! Ya lo alcanzamos, ya lo vemos!»[11]". Pero, nada pueden si Dios no se los permite y siempre será verdad que: “todo sucede para bien de los que aman a Dios” (Rom. 8,28). ¡No temas, pequeña Congregación!.
xvii) Toca a los Padres Capitulares, con ilusión y realismo, pensar los próximos 9 años tratando de descubrir la Voluntad de Dios, que es lo único que importa. Mucho es lo que queda por mejorar, corregir y cambiar. ¡Recién estamos comenzando! ¡Ahora vamos a empezar! Con magnanimidad y gran confianza en Dios hay que seguir adelante: “Tengo la confianza de que el que comenzó en vosotros la buena obra la llevará a cabo hasta el día de Cristo Jesús”(Fil 1, 6). Estimo que puedo decir: “No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino” (Lc. 12, 32). La Virgen es nuestra Madre.
R.P. Carlos Miguel Buela
Villa de Luján, 29 de junio de 1994
Fiesta de los Santos Pedro y Pablo



[1] Anexo 89.
[2] Anexo 90.
[3] Cfr. Rom. 8, 31.
[4] Ver Anexo 86.
[5] [532-533].
[6] San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales [147].
[7] Guillermo Furlong, Nicolás Mascardi S.J. y su Carta – Relación (1670), Ed. Theoría, Bs.As., pág. 131.
[8] Cfr. Sal. 21, 12.
[9] Cfr. Is. 54, 17.
[10] Cfr. Jer. 14, 7.
[11] Cfr.  Lam. 2,16.